Es un actor de largo recorrido. Había dormido en la casa de una mujer, a la que volvería a ver esa misma noche, en la megalópolis. El rodaje de la película de la que va a ser protagonista empieza al día siguiente. Deja la magnífica casa, atraviesa el bosque y se dirige al centro de la ciudad. En este día cálido de verano, pasea su ocio sin rumbo ni destino por sus calles, caminando en zig zag o de cualquier otra forma que le permita sortear obstáculos, desde el amanecer hasta bien entrada la noche. Durante el recorrido, mientras observa la naturaleza y rememora aspectos de su vida, se va encontrando con todo tipo de personajes: indigentes, parejas, hombres de negocios, presentadores de televisión, el presidente corriendo con sus escoltas y todo su gobierno, inmigrantes que hablan otras lenguas, un sacerdote, un policía... Son encuentros extraños con estos personajes a los que observa como actores del nuevo teatro del mundo, sin que se sepa cuáles son reales y cuáles fruto de su imaginación. Todo a lo largo de un día que debe conducir a la Gran Caída. Peter Handke, refinado coleccionista de sensaciones y percepciones, nos invita en La Gran Caída a una peregrinación poética a través de su brillante escritura.
RESEÑA
LA GRAN CAIDA
Es un actor de largo recorrido. Había dormido en la casa de una mujer, a la que volvería a ver esa misma noche, en la megalópolis. El rodaje de la película de la que va a ser protagonista empieza al día siguiente. Deja la magnífica casa, atraviesa el bosque y se dirige al centro de la ciudad. En este día cálido de verano, pasea su ocio sin rumbo ni destino por sus calles, caminando en zig zag o de cualquier otra forma que le permita sortear obstáculos, desde el amanecer hasta bien entrada la noche. Durante el recorrido, mientras observa la naturaleza y rememora aspectos de su vida, se va encontrando con todo tipo de personajes: indigentes, parejas, hombres de negocios, presentadores de televisión, el presidente corriendo con sus escoltas y todo su gobierno, inmigrantes que hablan otras lenguas, un sacerdote, un policía... Son encuentros extraños con estos personajes a los que observa como actores del nuevo teatro del mundo, sin que se sepa cuáles son reales y cuáles fruto de su imaginación. Todo a lo largo de un día que debe conducir a la Gran Caída. Peter Handke, refinado coleccionista de sensaciones y percepciones, nos invita en La Gran Caída a una peregrinación poética a través de su brillante escritura.