Ya sabemos que la lectura está llena de beneficios. Pero para los más pequeños, los libros les abren un camino lleno de posibilidades, imaginación y aprendizaje. Además, el gusto por los libros puede empezar mucho antes de que sepan leer.
Los estudios han demostrado que en las primeras etapas de la infancia tocar y manipular libros con diferentes texturas interviene en el aprendizaje posterior y la lectoescritura. Además, promueve el desarrollo de la motricidad fina, la coordinación mano-ojo y el juego manipulativo.
Por otro lado, en edades tempranas, antes de que los niños aprendan a leer, las imágenes de los cuentos les ayudan a potenciar su creatividad e imaginación. Son capaces de encontrar el hilo de la historia sin necesidad de las palabras e incluso pueden crear historias propias.
En general, los libros aportan al crecimiento de los niños en varios aspectos sin importar su edad. Algunos de ellos son:
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Aumentan su vocabulario
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Desarrollan habilidades lingüísticas
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Aumentan la empatía y el entendimiento de emociones
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Ayudan a entender realidades distintas y situaciones complejas
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Incrementa la concentración
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Son una herramienta para crear un vínculo con los padres
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Reduce el estrés y la ansiedad